Hoy nos trasladamos hasta Pennsylvania en Estados unidos, un lugar mítico, justo a la residencia Kaufmann, mejor conocida como “la casa de la cascada”.
Corría el año de 1934 donde el arquitecto con mayor reconocimiento en Estados Unidos,conocido por sus múltiples obras como el proyecto Guggenheim y un sinfín de casas. En ese entonces perdía auge su trabajo y lo tachaban de anticuado, ya que las nuevas generaciones miraban a la modernidad española, cuando fue comisionado por Edgar J. Kaufmann dueño de grandes almacenes, querían él y su esposa una casa con vistas a la cascada bear run a lo que Frank dijo “Quiero que vivas en la cascada, no que solo la mires”.
Después de varios meses Wright dió rienda suelta a su creatividad y produjo varios planos en un tiempo record. Los clientes veían una casa de tres niveles con un voladizo sobre la cascada, con un diseño atrevido que combinaba hormigón, acero, vidrio y las piedras del lugar.
El diseño de la casa es una clara muestra de la arquitectura naturalista, ya que todas las decisiones tomadas para su construcción van encaminadas a integrar la edificación con el paisaje.
Reseña de la Casa de la Cascada en Video
En el interior de la casa encontramos habitaciones extraordinarias por su distribución. Vistas, acabados y ubicación En la entrada principal accedemos a un pequeño recibidor bajo la escalera que conduce a la segunda planta, después encontramos el espacio más grande dentro de la casa, la sala de estar donde se aprecia un esplendoroso bosque a pesar de que mucho del mobiliario diseñado para esta casa está fijo.
Cuenta con una estructura de cimentación sobre la roca, así como columnas, vigas, placas y elementos verticales realizados en hormigón muchos de ellos revestidos de la piedra nativa. Algunos detalles estructurales en acero y madera. Pero sus principales materiales fueron el hormigón, piedra rugosa, piedra nativa, madera y acero
Hoy los Kaufmann no están;pero los interiores de la casa permanecen en su mayor parte como Wright los diseñó. Su construcción terminó en 1938 y ocupó la portada de la revista Times ese año.
En un principio su precio ascendía a US $155.000, hoy en día esa cifra se convierte en 2.7 millones de dólares. Que para ese entonces la comisión de Wright fue de US$8.000.
Pero todo ese dinero se volvería en un colapso cuando se tuvo que restaurar de manera urgente y su costo de restauración alcanzó los 11 millones de dólares, pues nadie quería vivir con goteras en su casa.
Al final Edgar Jr. Heredero de la casa y aprendíz de Wrigth compartió la bellísima casa con su pareja el arquitecto español Paul Mayén quien daría vida al centro de visitantes, el café y la tienda de regalos que abrió en 1981 justo para la casa cuando donaron la casa de la cascada al WPC.
Lo llamaron loco y anticuado, pero tenía eso que tal vez mucho nos falta, se arriesgó y creyó en sus ideales, un proyecto que le confiaron y se apasionó a tal punto que lo logró y pudo reactivar su carrera.
Así que ya lo sabes, cuando sentimos que todo va en picada, llega una casa de la cascada a nuestras vidas que podemos tomar y hacer lo inimaginable por muchos, pero eso nos caracteriza, ser arquitectos de sueños.
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