- Oficina de arquitectura: Estudio Morton
- Ubicación: Ituzaingó, Provincia de Buenos Aires, Argentina
- Año de finalización de construcción: 2022
- Superficie: 120 m2
- Arquitectos a cargo: Arq. Diorella Fortunati
- Equipo de diseño: Arq. Diorella Fortunati
- Equipo Construcción: Diorella Fortunati, Nuria Jover, Marisa Caudi, Daiana Ferreira
- Créditos de fotografía: Matías Godec
Una nueva vivienda unifamiliar en un barrio del sur de Buenos Aires surge con la propuesta inédita de proyectar con la mitad del valor que proponía el mercado ese año y con la particularidad de que inicialmente, se usará como vivienda de fin de semana y, en un futuro cercano, como vivienda permanente.
Este lote presenta su contrafrente, sector al que has de abrirte en un barrio privado, con orientación Sudeste, es decir, la más desfavorable. El debate fue qué priorizar: ¿La buena orientación o la privacidad? No podría resolverse con una implantación convencional. Por otro lado, se requerían 120 m2 cubiertos construidos en una sola etapa, lo cual desembocaba en un proyecto aún más grande ya que la superficie semicubierta es indispensable para un buen uso de los espacios interiores.
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El hilo de pensamiento comenzó con el posicionamiento en el lote. Desarrollamos un bloque en punta invadiendo la profundidad del terreno abriéndose al noreste con el área pública, y un bloque paralelo a la línea municipal abriéndose hacia el noroeste con el área privada. Ambos articulados por un núcleo sanitario extendiendo un prisma visible al cielo. La misma rótula entre ambas áreas genera el acceso. Literalmente, se consideran áreas, es decir, espacios flexibles con divisiones posibles en el tiempo.
En ambos bloques se adicionó un volumen de guardado que rompe la geometría y brinda privacidad hacia donde se requiere. En el caso del área publica, éste contiene el hogar, mueble de TV, biblioteca, mesada y parrilla, ocultando la casa del vecino. En la privada, contiene guardado de ropa y sala de máquinas, dejando los dormitorios protegidos de la visual cruzada de la propia casa. Estos prismas de dimensiones similares se materializaron como cajas de mampostería oscuras que caracterizan y dan escala a un espacio preliminar fluido, ambiguo y austero contenido sólo por el plano superior y el piso.
Luego de estudiar el encargo y los recursos llegamos a la siguiente propuesta: resolvimos todos los semicubiertos que generan los espacios intermedios con hormigón visto y encofrado de fenólico, lo que acelera su ejecución, a una altura de 2.05 metros. En los espacios interiores trabajamos con losetas vistas asegurándonos una mejor aislación térmica, situadas a 2.50 metros. Entre estos dos planos horizontales suspendidos a diferentes alturas va ingresando el paisaje campestre por rajas de 45 cm que parecen infinitas por la proporción apaisada y porque terminan por abrirse al cielo en una continua separación que evita vincular los planos sólidos que contienen el espacio y la visual. La misma operación se repite en diferentes sectores de la casa con distintos objetivos.
Variando los niveles del suelo conseguimos las dimensiones de relación con el exterior buscadas en cada sector, manteniendo un mismo nivel en los planos superiores y tensionando el espacio para generar contraste entre área estrechas y esbeltas. Dicha diferencia de altura hace que el bloque privado quede por encima del terreno natural, logrando mayor privacidad respecto de la calle. El bloque público retoma el contacto con el nivel del suelo natural logrando una altura total de 3.00m, amplificando el espacio contenido en el hall de menor altura.
Utilizar la tecnología de premoldeados en la mayor superficie cubierta nos habilitó prescindir del encofrado, reducir el tiempo de ejecución y con ello el valor de mano de obra, evitar el cielorraso suspendido a diferencia de la opción de viguetas y programar una sola «llenada» de hormigón resolviendo en un corto plazo toda la estructura y cubierta de la casa.
En relación con la calle, la vivienda arma un filtro vertical de 80 cm de espesor formado por un alero y una alternancia de tabiques de hormigón a la vista que evitan las visuales directas al interior del bloque privado y flexible, entre los cuales se dispone vegetación perenne o caduca, con flores o aroma, haciendo que este “filtro viviente” se adapte con la entrada del sol en las distintas épocas del año.
Planimetría del proyecto.
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