José Carlos Rubio Ávalos, científico de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo(UMSNH), quien creó un cemento que emite luz con energía sustentable y sin costos de mantenimiento.
José, modifico la microestructura del cemento para que esta permitiera el paso de la luz a su interior y que está a su vez pueda salir al exterior.
Este invento se dio a conocer por la prensa del conacyt, el 20 de octubre del 2015, la durabilidad del cemento emisor de luz se estima mayor a los 100 años por su naturaleza inorgánica, y es fácilmente reciclable por sus componentes materiales.
Este cemento cuenta con la ventaja de ser productor de luminosidad natural, sin que este gaste energía eléctrica, siendo así un atractivo visual impactante para el usuario.
El proyecto inicia con plásticos fosforescentes (los plásticos con los que se hacen juguetes, relojes, o dispositivos eléctricos que brillan (emiten) luz en la obscuridad /noche una vez que se cargan por alguna fuente de luz), pero observo que los plásticos cuando se exponen a la radiación solar, el sol los consume en poco tiempo por su naturaleza orgánica, por ello pensó que sería buena idea contar con un cemento comercial que pudiera absorber la luz parcialmente y posteriormente emitirla, un cemento fosforescente que no existía en aquel entonces y cuya naturaleza inorgánica (dado que se fabrica con rocas) soportará el paso del tiempo.
Este invento puede ser de vital y gran ayuda en las comunidades donde la luz eléctrica puede ser escasa o nula, así como en senderos donde la instalación de luminarias pueda ser un problema a resolver. Cabe destacar que ya ha sido aplicado en Europa, Latinoamerica, y otros puntos del planeta. Desafortunadamente en México (su país de origen), ha sido ignorado o prácticamente borrado, por su desconocimiento y por el abrumante control de las grandes marcas en el mercado.
“Los plásticos están formados por cadenas poliméricas, en forma de espaguetis, que son cortados como cuchillos por los rayos UV. Por eso, si dejas un recipiente de plástico al sol, primero se pone rígido y luego se cristaliza y se rompe”, señala Rubio.
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