
Reyes Rosiñol
Mérida, Yucatán, México.
844 m2
2021-2023
Onnis Luque
Casa O. Ubicada en el centro de la ciudad de Mérida, Yucatán, en un terreno de forma irregular con un árbol de guaya como único elemento existente previo al proyecto, la propuesta parte del sincretismo entre la cosmovisión de la civilización maya y las ideas introducidas por la llegada de los españoles a la región. Este encuentro da lugar a una interacción de significados y simbolismos que han permeado la identidad cultural de la región a lo largo del tiempo, los cuales se reflejan en la arquitectura.


El conjunto se organiza en torno a un eje principal, un “sacbé” (sakbej, camino blanco en lengua maya), que conecta el acceso con el árbol de guaya, enmarcando este último como un remate tangible, el cual se encuentra contenido entre la diagonal de un muro existente y un nuevo muro convergente, reforzando la intención del diseño. El árbol, representando la naturaleza como elemento vital, es abrazado por un cuerpo de agua circular, evocando el cenote sagrado; generando un nodo que pausa, articula y distribuye.

Con un esquema que sigue la morfología del terreno, los elementos se emplazan para aprovechar al máximo las orientaciones y las vistas, respondiendo a la manera en que se estructuraban las antiguas ciudades mayas. Así, se generan recorridos pausados por la vegetación, en un diálogo constante entre la penumbra y la luz. El conjunto está formado por volúmenes sólidos y una materialidad que evoca la mezcla de sascab (sahkab, tierra blanca en lengua maya) con kankab (k’aankab, tierra roja en lengua maya), sustratos propios de la zona. Los techos a doble altura, el dominio del macizo sobre los vanos y una fachada cerrada que se alinea al paramento, hacen alusión a los elementos de las casas coloniales que conforman el contexto urbano cercano.


El programa arquitectónico responde a las necesidades y actividades de los usuarios, e incluye cuatro recámaras: tres de visitas y una principal; un espacio de usos múltiples; el área pública, que cuenta con terrazas, sala, comedor, cocina y cocina de preparación; y las áreas de mantenimiento y servicio.


Los elementos se organizan jerárquicamente en relación al nodo y se incorporan estratégicamente para crear un conjunto que se teje con la vegetación, difuminando los límites entre el interior y el exterior.

Las piezas monocromáticas emergen como elementos escultóricos, generando sombras dinámicas y creando un ambiente silencioso, cálido e íntimo en su interior, que se disuelve a través de la luz.

La búsqueda fue generar espacios coherentes y funcionales que permitan al usuario experimentar momentos de introspección cuando lo desee, pero también de interacción con las demás personas. Que los recorridos, el juego de luces y sombras, y la relación con la vegetación sean factores ecualizadores para una mejor calidad de vida.

Planimetría del proyecto.
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