GM Arquitectos
Atlixco, Puebla.
Amy Bello
Este proyecto arquitectónico surge de la premisa de integrar la naturaleza con el diseño de una casa residencial, buscando crear un ambiente con jerarquía espacial y un trazado arquitectónico funcional. Ubicada en un entorno campestre, la vivienda se concibe como un refugio donde la arquitectura y el paisaje dialogan de manera fluida, generando una sensación de bienestar y tranquilidad para sus habitantes.
La casa se desarrolla en dos niveles, con una planta baja extendida y un sótano que complementa el programa arquitectónico. Desde el diseño inicial, se priorizó una conexión franca y natural entre los espacios interiores y exteriores, logrando que la vida cotidiana se extienda más allá de los límites físicos de la construcción.
Uno de los elementos más destacados del proyecto es la interacción entre el área exterior de la alberca y la terraza con la doble altura de la sala y el comedor. Esta relación visual y espacial permite que el entorno natural, con su clima y vegetación característica, se convierta en el protagonista de la experiencia dentro de la vivienda. La sensación de amplitud y conexión con la naturaleza se refuerza a través de grandes ventanales y aperturas estratégicas que enmarcan el paisaje circundante, ofreciendo vistas espectaculares y permitiendo la entrada de luz natural.
En cuanto a las áreas íntimas, se diseñaron con la intención de transmitir una atmósfera acogedora y de resguardo, sin mayores pretensiones que las de generar espacios simples y cómodos para el descanso. Cada recámara y espacio privado se concibió con un diseño limpio y funcional, favoreciendo la serenidad y privacidad de quienes las habitan.
Las áreas de servicio se encuentran ubicadas en una de las alas del proyecto, separadas estratégicamente del núcleo habitacional para optimizar su funcionalidad sin interferir con la vida diaria de la casa. Este diseño permite un uso eficiente de los espacios, garantizando comodidad tanto para los residentes como para el personal de servicio.
El sótano, concebido como un área recreativa, aporta un toque de sofisticación al conjunto sin desentonar con la esencia del proyecto. Diseñado para el esparcimiento y la convivencia, este espacio busca ofrecer una experiencia exclusiva sin imponer su personalidad sobre el resto de la vivienda, logrando así un equilibrio armonioso entre funcionalidad y elegancia.
Finalmente, el proyecto se complementa con una villa de visitas, de carácter básico y sencillo, pero que encaja perfectamente con la estética general de la casa. Este espacio adicional permite alojar a familiares y amigos en un ambiente cómodo y relajado, reforzando la idea de la residencia como un hábitat de descanso y desconexión.
En conjunto, esta casa residencial en el campo se concibe como un espacio de armonía entre la arquitectura y la naturaleza, donde cada elemento ha sido diseñado para ofrecer una experiencia de vida placentera, funcional y en contacto constante con el entorno natural.
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