
Al diseñar o remodelar una fachada, muchas veces creemos que agregar más texturas, colores y materiales hará que se vea mejor. Sin embargo, la realidad es que este enfoque puede ser un error. En este artículo exploramos los factores que pueden afectar negativamente la estética de tu fachada y cómo puedes evitarlos para lograr un diseño armónico.

Uso de materiales de imitación
Colocar azulejos que imiten madera, mármol o piedra suele ser un error común. Estos materiales, aunque económicos, rara vez logran una apariencia auténtica y pueden restar elegancia a tu fachada.
Solución:
Opta por fachaletas o piedras naturales económicas, como recinto, y limita su uso a detalles específicos, como jardineras o un volumen en particular. Un consejo práctico es que estos elementos no superen el 25% de toda la fachada.
Mala combinación de colores
Combinaciones como naranja con rojo o amarillo con verde pueden ser visualmente agresivas. Este error suele ocurrir cuando no se consideran los principios básicos del diseño cromático.
Solución:
Usa un color neutro como beige, blanco o gris en combinación con un tono fuerte. Consulta el círculo cromático para guiar tus elecciones y evita colores fosforescentes como verde neón o amarillo brillante.
Falta de relación con el entorno
Las viviendas que destacan de forma negativa en comparación con su contexto, conocidas como «elefantes blancos», pueden romper la armonía del vecindario.
Solución:
Diseña tu fachada tomando en cuenta el estilo general del entorno. Aunque puedes imprimir tu personalidad, procura no exagerar con diseños que desentonen completamente.
Distribución y tamaño incorrecto de ventanas
Las ventanas mal ubicadas o de tamaños desproporcionados pueden desequilibrar la fachada. Por ejemplo, ventanas pequeñas del baño en el frente de la casa llaman innecesariamente la atención.
Solución:
- Ubica las ventanas de baño hacia los laterales de la casa o usa cristales esmerilados en caso de que deban estar al frente.
- Evita marcos de aluminio dorado, optando por colores como negro, blanco o acabados tipo madera.
- Si el presupuesto lo permite, considera ventanas amplias o de piso a techo; si no, utiliza tamaños uniformes, como 1.50 m x 1.50 m, para una apariencia más ordenada.

Instalaciones expuestas
Tuberías, ductos de aire acondicionado o cables visibles en la fachada son un signo claro de mala planeación.
Solución:
Desde la etapa de diseño, planifica cuidadosamente las instalaciones para que no queden expuestas. En caso de remodelación, busca formas de ocultarlas con cajas decorativas o soluciones integradas.
Falta de vegetación
Una fachada sin vegetación puede lucir fría y sin vida.
Solución:
Añade plantas en macetas, jardineras de concreto o elementos similares. Elige plantas adecuadas para el clima de tu zona; por ejemplo, suculentas para climas secos o helechos para zonas húmedas.
Saturación de texturas
Cubrir toda la fachada con cerámicos o materiales similares puede dar un aspecto cargado y poco armónico.
Solución:
Usa texturas únicamente en un tercio de la fachada para mantener un equilibrio visual. Combina texturas con superficies lisas y colores neutros para una apariencia más limpia.
Diseñar una fachada atractiva no requiere saturarla de elementos. La clave está en mantener un balance entre colores, materiales y texturas, así como en respetar el entorno. Si sigues estos consejos, puedes lograr un diseño funcional y estético.
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