Hoy a casi un año del confinamiento mundial, si echamos un vistazo atrás y vemos cómo ha cambiado nuestra vida, nuestra forma de vivirla, el miedo a las multitudes, el distanciamiento social incluso la forma de trabajar, sin duda la pandemia del coronavirus ha transformado nuestra vida y la forma de relacionarnos con la ciudad, incluso la forma de diseñarla, vivirla y ocuparla.
¿Hacia dónde van las ciudades?
Las primeras modificaciones han sido rápidas y circunstanciales como las restricciones de paso, las mamparas en los supermercados, las marcas en el suelo o los balcones reconvertidos en centros de la actividad social. Pero muchos de éstos cambios que van desde los materiales de construcción hasta la movilidad urbana nos están dando los principios permanentes de una ciudad Post Covid.
Sin duda las epidemias han existido a lo largo de la historia, sin embargo, son éstas mismas las que nos hacen replantear nuestra forma de vida y de ocupar los espacios, las prioridades y crear nuevos enfoques de diseño urbano versátiles para una mejor calidad de vida como los siguientes ejemplos:
La ciudad en 15 minutos.
La ciudad de 15 minutos requerirá un replanteamiento bastante radical de nuestras ciudades y es probable que reduzca las desigualdades ya que el modelo implica mezclar diferentes grupos de población en lugar de mantener el modelo de zonificación residencial por nivel socioeconómico que se usa actualmente. También reducirá la necesidad de realizar viajes de larga distancia y, por tanto, las emisiones de CO2, la contaminación atmosférica y los niveles de ruido.
Ciudad sin coches, una apuesta por la bicicleta.
Una ciudad sin coches sería realmente una ciudad sin coches. Ni eléctricos, ni compartidos, ni autónomos ni híbridos. Se trata de darle la máxima prioridad a la bicicleta y al peatón. Así se reduce el tráfico motorizado privado innecesario y brindan un acceso fácil al transporte público y activo.
Un ejemplo fácil es como durante la etapa más fuerte de la pandemia por covid19 las emisiones de dióxido de carbono descendieron en todo el mundo y según el Ministerio de Ecología China hubo una disminución de al menos un 25% en éste país.
Supermanzanas
Las supermanzanas son nuevas células urbanas de unos 400 o 500 metros de lado, en donde la periferia se articula como si fueran vías básicas conectadas unas con otras pensada para el vehículo de paso, para el que quiera ir lo más pronto posible de un lado a otro de la ciudad. Son áreas de 10 km/h, donde pueden jugar los niños, donde las personas invidentes pueden transitar seguras. En donde se pueden hacer todos los usos que la ciudad nos permite y que en la situación actual no nos lo permite la motorización.
Calles ajardinadas.
Haciendo una comparación entre ciudades la pandemia ha resaltado algunas desigualdades espaciales: entre las personas que tienen jardines privados y las que no; aquellos que tienen acceso a espacios verdes públicos contra las personas que viven demasiado lejos de ellos. Una forma de remediar esta desigualdad de acceso a las áreas verdes es recuperar el espacio de los automóviles y devolvérselo a las personas. El movimiento Garden City a principios del siglo XIX tenía como objetivo unir los beneficios para la salud de la naturaleza con las comodidades urbanas.
La forma de la arquitectura y los materiales.
La vivienda también va a cambiar a medio plazo hacia entornos más cómodos que demandarán un espacio para el HomeOffice y el uso de balcones y terrazas. Esto conllevará cambios en la regulación urbanística, ya que en algunas ciudades la normativa dificulta la edificación de terrazas o balcones.
Sin duda la adversidad nos hace cambiar y crecer para mejorar como personas y profesionistas, tomar conciencia de la situación está en nosotros y así mejorar el estilo de vida de las personas, no podemos seguir construyendo bajo el mismo sistema de hace siglos, las necesidades cambian y siguen avanzando para mejorar, hagamos ciudad no sólo con parques y centros recreativos, reimaginemos la ciudad, rediseñémosla.
FUENTES
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