En tiempos de incertidumbre como los que estamos viviendo actualmente, es importante que logremos identificar todos los aspectos que nos han formado a través del tiempo, recordar los obstáculos que hemos superado y el aprendizaje con cada nueva experiencia de vida que nos ha fortalecido. Ahora es cuando sin lugar a duda lo social, lo humanitario, la solidaridad tiene mucho más valor que cualquier bien material.
Diariamente nos vemos saturados de cifras, noticias y datos que impactan de manera negativa en nuestra motivación y fuerza mental, esta contingencia nos ha orillado a ignorar los mensajes motivacionales que cualquiera de nosotros podríamos transmitirles; y no será posible terminar esta crisis hasta que cada uno se haga responsable individualmente de cuidar de uno mismo y de los demás, el mantener el esfuerzo, la dedicación y constancia para lograr cada uno de los objetivos que se han planteado, en lo personal y profesional.
Esta situación ha venido a modificar la mayoría de las conductas sociales que dábamos por entendido en muchos aspectos; en lo académico, los maestros y alumnos por primera vez extrañan volver a sus aulas, no únicamente porque sea difícil el aprendizaje mediante un ordenador o celular si no porque la formación se fundamenta en gran medida por fortalecer los valores mediante la interacción y comunicación que tenemos con cada uno de ellos.
Somos testigos de la gran brecha que nos falta por fomentar el aprendizaje autónomo, y no podemos exigirles a nuestros estudiantes algo que en nuestra cultura es prácticamente imposible de realizar, el ser autodidactas; en lo urbano, cuando hablábamos del derecho a la ciudad y ahora se nos es negado el espacio público, el espacio vital que ahora se ve extendido por normativa y cada vez son más cuestionados los medios de transporte masivos para la movilidad urbana; y finalmente en la arquitectura podrán entender la prioridad a partir de ahora de lograr espacios bien ventilados, iluminados y confortables, en resumen:
espacios saludables; no dudo que todo este aprendizaje se vea reflejado en una nueva forma de entender la vivienda, desde su configuración formal hasta la operatividad de la misma, algunos espacios que pensábamos para una función pública se convertirán hasta cierto punto en restringidos de contacto social, el uso indiscutible de las azoteas como un espacio multifuncional de servicios y recreación; el acceso -controlado y sanitizado- con la incorporación de nuevos espacios como los vestíbulos de acceso interior, closet de accesos, entre muchas otras particularidades que cada uno de ustedes puede mencionar seguramente.
En conclusión, el objetivo de este testimonio es una oportunidad que agradezco para compartir mi humilde opinión más allá de la realidad que nos ha tocado vivir; debemos mantener la firmeza en que cada situación debe ser un medio para aprender, adaptarse y poner los pies en la tierra, visualizar el pasado y saber que será superado, es lo que nos da esperanza para seguir avanzando en este esfuerzo colectivo.
Las opiniones expresadas en este articulo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de Arqzon.
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3 comentarios
Gracias por su análisis y punto de vista, arquitecto. Siempre es un gusto leerle y seguir conociendo sus avances y perspectivas en el área. Saludos cordiales.
Ariana Vega
Mi amigo y colega profesor René, es un gusto leerlo. Saludo cordial.
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